Hoy en día vivimos en una sociedad educativa determinada
por las decisiones que se toman desde las entidades gubernamentales. Partiendo
de la base de que son los altos cargos de éstas mismas entidades y los
encargados de establecer las leyes los que promueven la desigualdad entre
clases y la discriminación, no podemos esperar ver un reflejo distinto en la
sociedad que creamos.
No podemos ofrecer un futuro si nuestras mentes han
quedado estancadas en el pasado. Un gran ejemplo de esta situación es el de un
país cuyo nombre paradójicamente está formado por la palabra Unidos y es un
gran representante de la palabra división. Es aquí donde encontramos un gran
número de islamofóbicos, un término infundado gracias a los pensamientos
generalizados y retrógrados de los representantes de su gobierno que a la vez
se atreven a hablar de progresión.
Otra problemática que encontramos es la disonancia
entre la escuela pública y privada, que con el paso de los años parece ser que
continúa siendo un motivo de desigualdad de oportunidades. No podemos pretender
educar y hablar a los alumnos de valores, respeto, tolerancia etc. si todo su
entorno se encuentra dividido por una gran barrera social: poder adquisitivo,
razas, clase social...
Para poder erradicar todos estos puntos débiles de
nuestra sociedad podemos fijar nuestra atención en Portugal, donde los docentes
se implican con sus alumnos pese a la grave situación económica que viven,
utilizando incluso sus propios recursos y sueldos para evitar el declive del
sistema educativo. Por lo tanto, independientemente de las imposiciones del
gobierno, la implicación por parte del profesorado es decisiva y determinante,
al fin y al cabo no dejan der ser ellos los que tienen contacto directo con los
alumnos.
De este modo es imprescindible promover en las aulas
el trabajo colaborativo contra la discriminación, la solidaridad contra el
egoísmo, la creatividad contra privación de la libertad.
Con todo esto mantendremos las ilusiones de los
futuros adultos que deben creer que cambiar la sociedad es posible,
mantendremos los sueños y la esperanza de que crean en que se pueden cumplir.
Por ello debemos incorporar en la educación todo aquello que mejore la
creatividad de sus mentes y que trabaje no solo el hemisferio dedicado a la
lógica, las matemáticas y la lengua sino a la improvisación, a la expresión del
cuerpo etc. todas estas incorporaciones y mejoras junto a una mayor autonomía ayudará a los
niños a descubrir por sí mismos como resolver sus conflictos, como encontrar
caminos distintos.
Si
la vocación de un alumno es bailar, no se le puede prohibir o negar, sino
explotar al máximo sus habilidades bailando para poder llegar a ser el mejor o
la mejor en el papel que él o ella quiera tener en su vida. Porque como dice el
escritor Albert Espinosa “el creer y el crear están a una letra de distancia” y
como creemos nosotros la creatividad y el crear comparten cuatro, las cuatro
necesarias para construir un sistema educativo mejor, una sociedad que cumpla sus sueños.
Daniel Baena, Marc Prado, Eduardo
Herraez, Karla Òdena, Sergi Roman, Alba Asensio, Alejandro Gil
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