Al prefaci de la versió
espanyola de El maestro ignorante,
Jacques Racière escriu: “La historia de la pedagogía tiene ciertamente sus
extravagancias. Y éstas, por lo que revelaron de la extrañeza misma de la
relación pedagógica, han sido a menudo más instructivas que sus proposiciones
razonables. Pero, en el caso de Joseph Jacotot, se trata de otra cosa que de un
artículo más en el gran almacén de las curiosidades pedagógicas. Se trata de
una voz única que, en un momento clave en la constitución de los ideales,
prácticas e instituciones que gobiernan nuestro presente.
L'any 1770, a la ciutat de
Dijon, va néixer Joseph Jacotot. Amb dinou anys, en esclatar la Revolució
Francesa, era ja professor de Literatura clàssica a la universitat. La seva
declarada postura antiborbònica el portà a l'exili a Bèlgica, on descobrí el
que anomenà “l'Ensenyament Universal”. Estant a la Universitat de Lovaina amb
alumnes que només parlaven en flamenc, Jacotot es veia incapaç d’ensenyar sense
compartir una llengua en comú. En aquesta tessitura, decideix fer servir una
edició bilingüe del Télémaque de François Fénelon, els el fa memoritzar
en francès, paraula per paraula, i el van comprenent gràcies a la traducció.
Els fa escriure cada frase que memoritzen, s'assegura que els alumnes
distingeix totes les paraules, totes les síl·labes i totes les lletres. Els acompanya així fins a la meitat del
llibre, i després els deixa llegir sols i, en acabar, els demana que escriguin
en francès el que pensin sobre el que han llegit. En poques setmanes, els
alumnes flamencs comprenien l'ortografia i escrivien en francès.
Diu el propi Jacotot sobre
aquest fet extraordinari: “Yo había sido explicador toda mi vida, por
consiguiente creía como todos mis colegas que las explicaciones, y sobre todo
mis explicaciones, eran necesarias; ¡cuál fue mi sorpresa cuando vi que se
podía prescindir de ellas! El hecho estaba bajo mis ojos, no me era posible
ponerlo en duda. Tomé mi partido, y me decidí a no explicar nada para
asegurarme hasta dónde podía ir el alumno de este modo, sin explicaciones.
Sucedió que los alumnos ubicaban la ortografía y seguían las reglas de la
gramática a medida que los venticuatro libros se les volvían familiares a
través de la repetición. Pero un resultado que me sorprendió más allá de toda
expresión fue ver a algunos pequeños extranjeros escribiendo como los
escritores franceses, y por consiguiente, mejor que yo y que mis colegas los
profesores explicadores”.
Jacotot havia estat fins
al moment un professor tradicional, un professor “explicador” diu ell. Però
l’experiència a Lovaina provoca un gir en la seva manera d’entendre l’educació.
Entén llavors que els alumnes han pogut aprendre sols, sense la mediació de
l'explicació del mestre. Per això, Jacotot pot escriure:
“Por más que grite desde
Lovaina a la honorable sociedad: YO NO EMPLEO NINGÚN MÉTODO; la honorable
sociedad promete exponerlo en su diario (···) se atribuían los progresos de los
alumnos a la superioridad del señor Jacotot (···) Se nos pregunta: “¿Què piensa
usted del método?, ¿cuál es el método?, ¿qué debe hacer el maestro?”. A todas
esas preguntas respondo: el maestro no debe hacer nada; el método no es nada;
él reside en la naturaleza de la inteligencia humana que ha sido creada capaz
de instruirse sola y sin maestro explicador. No hay nada que examinar, nada que
juzgar en este método; sólo se pueden ver, examinar y juzgar los resultados”.
Ignasi
Flores
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